jueves, 25 de diciembre de 2014

El JR PASS: El broche final para el fin de la estancia en Japón


Miyajima
Sin duda a duda la obtención del un ticket llamado JR Pass es el camino más económico y rápido para conocer Japón. Con este pase el viajante puede coger de forma ilimitada todos los trenes de la compañía de trenes más importante del Japón durante el tiempo del disfrute del ticket. Existe la opción de una semana (circa 200 euros), dos semanas (300 euros) o 21 un días (400 euros).
Hakata, Fukuoka
Si hiciésemos una comparativa con el trazado ferroviario de España, el JR pass permitiría coger todos los AVEs que atraviesan las ciudades españolas. Por ello, podemos entenderlo como una verdadera ganga. Más en Japón donde el transporte es una de las cosas que más encarece el coste de vida. Para que nos hagamos una idea un viaje desde Tokyo-Kyoto cuesta unos 100 euros (aproximada 2h 30 en tren bala). De ahí que si hacemos un viaje de ida y vuelta a estas ciudades tendríamos amortizado el JRpass si lo compramos para una sola semana.

Por los beneficios del JRpass opté por comprarlo. El problema que tenía para ello es la situación legal que disfrutaba en Japón. Pues el JR Pass únicamente es válido para turista y si dispones de una visa en el país del Sol naciente no puedes canjearlo.
Nara

La solución que encontré es salir del país, renunciar a mi visa (ya que mi regreso a España se aproximaba para no regresar en el tiempo que tenía el derecho con la visa) y entrar como turista.
Gracias a ello he podido disfrutar antes de mi vuelta a España de la belleza natural del Japón: atravesar las montañas nevadas de Nagano, encontrar el misticismo de la isla de Miyajima, la espontaneidad de Osaka, deleitarme con el colorido de la isla sureña de Fukuoka y relajarme en los onsen (baños).
Nagano


Por las maravillas monumentales, la riqueza paisajística y sobretodo la hospitalidad de los nipones hoy escribo estas líneas desde España, con una gran sonrisa en la boca. Una sonrisa que amplía sus dimensiones acordándome de las interesantes personas que he conocido en dichas latitudes que me han ayudado a acercarme a la realidad de los individuos, entre los cuales me incluyo. 

viernes, 12 de diciembre de 2014

Taiwán : Su realidad a través de la Historia

Taiwán es una de las islas claves para el dibujo de las fronteras coloniales de las islas Filipinas españolas.

Jardín de Taipei, capital de Taiwán
Su proximidad a las islas del Poniente (Filipinas) y la fiebre imperial que protagonizó la Monarquía ibérica de comienzos de la época moderna, motivo que se estableciese una gobernación española en la isla desde 1626-1642 bajo el nombre de Hermosa o Formosa. La debilidad de la Corona  Felipe IV condujo al fin del dominio hispano en la ínsula tras producirse el fin la Unión ibérica como consecuencia de las revoluciones  1640 y reconocer posteriormente la independencia de Holanda por el tratado de Westfalia (1648). Precisamente, los Países Bajos a través de la VOC (Compañía holandesa de las islas Orientales) había utilizado esta isla, junto a las fronteras ibéricas del sudeste asiático como las Molucas,  como escenario para diezmar el poder internacional español.  No en vano, tras producirse la colonia hispana de Formosa, el poder holandés dominó la isla de Taiwán dominó por un breve tiempo la isla hasta  1662, cuando los poderes asiáticos repelieron el poder “occidental”, integrándose durante dos siglos dentro del sistema político de la dinastía Qing  del Imperio Chino.

Plantaciones de Té

El té, uno de sus bienes más apreciados para el visitante actual, será clave para el fin del dominio chino de Taiwán. Pues este producto junto al opio y los productos textiles generaron un suculento mercado con pingües beneficios tras producirse la revolución tecnológica que supuso la Revolución Industrial a mediados del siglo XVIII. Por los pingües beneficios que generaban este mercado, los agentes comerciales de las potencias presionaron a los grandes Imperios asiáticos para que liberalizasen su economía. En este contexto se desarrollarán las guerras del opio por la que las potencias europeas penetran en China (1839-1842 // 1856-1860), la llegada del comodoro estadounidense Perry  para flexibilizar la economía del Japón (1853) y la extensión de los llamados “tratados desiguales” entre las potencias “occidentales” y los Estados asiáticos que aún conservaban su economía.


Situación geográfica de Taiwán.
Norte: China / Sur: Filipinas
El ritmo de la revolución industrial condujo a los Estados que peleaban por dominar el sistema internacional en querer  tener nuevos territorios que explotar. En este contexto, el colonialismo se desarrolla a un ritmo frenético y dentro de la Monarquía hispana aparecerán voces que claman la participación de España en dicha carrera imperial, a pesar de los problemas endógenos del Estado. El gobierno de la Unión Liberal de O´Donnell  (1858-1863) escuchará estás voces implementando una política exterior agresiva que llevarán a los militares españoles a la Cochinchina (Vietnam-Camboya) entre 1858-1862,  y cuya fiebre colonial llevará a dirigente españoles  a demandar la expansión por la próxima Taiwán.  Una iniciativa que criticará el máximo dirigente hispano en las Filipinas, al advertir la sinrazón de querer conquista la Conchinchina u otras islas periféricas de las Islas del Poniente, cuando España ni siquiera podía controlar el interior de sus fronteras. Sin embargo, el nacionalismo de la época que se forjaba bajo la idea imperial del Estado provocará que en ocasiones la política exterior española se guíe más por el corazón que por la razón, como muestra el conflicto de las Carolinas de 1885 o el denominado desastre del 98.

Expedicionarios japoneses en Formosa, 1874,
http://taipics.com/abo_stonegates.php
Precisamente este nacionalismo fundamentado en la idea imperial, será la causante del dominio chino de Taiwán. Pues el nuevo Estado japonés que surge tras la revolución Meiji en 1868 acoge muchos de los parámetros “occidentales” y entre ellos esa necesidad de expansión. De este modo, aprovechando un incidente que sufrieron sus pescadores enviará una expendición hacia Taiwán en 1874 presentando ante China su afán por conquista la isla. Tras producirse la guerra sino-japonesa de 1894-1895, la dinastía Qing  y el sistema internacional (incluida España a través del tratado de Bashi de 1895) reconocerá la soberanía nipona de Taiwán. Sin embargo, el largo pasado chino de la isla provocará  que su población se levante contra los japoneses, consolidándose a comienzos del siglo XX un movimiento que propugnaba la vuelta a integrar Formosa dentro de China.
Memorial Sun Yat-sen


En este movimiento destacará Sun Yat-sen, el cual podría ser considerado como el padre de la patria de Taiwán. De ahí, que unos de las partes arquitectónicas que más destaca de Tapei, capital de la isla, sea el Memorial que lleva su nombre. Un espacio con un gran dinamismo donde al caer la noche se puede disfrutar del espectáculo luminoso que ofrece el juego de las cometas “tuneadas” y de las acrobacias de los danzarines que bailan bajo la mirada atenta de Sun Yat- sen.
Break Dancer bailando bajo la mirada de Sun Yat-sen


La vuelta a la ya República china fue reconocida por el sistema internacional tras producirse la derrota de Japón en la II Guerra Mundial (1945). Mas la larga guerra civil que padecía china (1927-1950) tendrá sus consecuencias sobre la bella isla de Taiwán, pues ante la victoria del bando comunista de Mao Zedong  en la china continental provocó el refugió del bando derrotado en la isla de Taiwán. De este modo, se creó un problema internacional al asumir los dirigentes nacionales asentados en Taiwán que eran ellos el verdadero gobierno legítimo de china, mientras que los seguidores de Mao abogaban que se hallaba en Pekín. La consolidación y el poderío de la República Popular provocó que la mayoría de las potencias reconocieran la soberanía china en Pekín en los años 70s, considerándose en la actualidad a Taiwán a un Estado independiente y autónomo. Su demanda por oponerse al régimen comunista de la República Popular de China de  alguna manera se puede atisbar en uno de su más imponentes monumentos , Taiwan Memorial Democracy Hall, creado tras producirse la muerte de su presidente Chiang Kai-shek en 1975. Pues  en esa idea por enfatizar la democracia me lleva a recordar los años de la Guerra Fría donde los valores democráticos eran utilizados como un estandarte para combatir las ideas comunistas. 
Memorial Democracy Hall
Vistas de Taipei, dominada por la torre 101 (2003)
10º rascacielos más alto del mundo
En la actualidad, Taiwán camina hacia la modernidad creando un urbanismo vanguardista que se sincroniza con espacios públicos que refuerza la vida comunitaria de sus habitantes. Unos habitantes que comen en los concurridos “puestecillos” callejeros del  “Night Market” (cuyos olores me llevan a retroceder a mi estancia en Manila), rezan a la divinidades del panteón de Buda que se resguardan en sus coloridos templos, disfrutan de la vida nocturna y ofrece al turista la hospitalidad características de los países asiáticos.



Por esa mezcolanza entre la tradición del mundo chino y sus ganas por desarrollar su economía competitiva, sin duda, Taiwán es un buen destino para hallar cultura, relax y diversión. 


jueves, 13 de noviembre de 2014

Okinawa: Las Canarias japonesas

Por el afán de descubrir en su totalidad el Pacífico, busque sus aguas para sumergirme en ellas e interactuar con este inmenso océano.
El Océano Pacífico. Foto tomada desde Australia. 

En esta ocasión en el marco de las islas de la Ryukuy, las islas más sureñas del Japón, cuales si fueran las Canarias españolas permite al turista disfrutar de la playa en pleno mes de noviembre.

Hasta la anexión de Japón, las Ryukye fue un reino
independiente que por su posición geográfica
comerciaba con Filipinas, Japón y China. 
Por su ubicación geográfica, situada al norte de las islas Filipinas y al este de Taiwán (Formosa) este archipiélago fue determinante a la hora de fijar las fronteras del norte del Pacífico español en el siglo XIX. Las islas fueron objeto del proceso de expansión del Japón decimonónico hacia los mares del Sur (Nan´yo) y fueron incorporadas oficialmente a su estructura gubernativa en 1879.  Su proximidad a los dominios españoles en las Filipinas del norte y el ansia de nuevas tierras de los nipones (fortalecidos tras ganar la guerra a China en 1895), condujo a España a llegar a un acuerdo con el gobierno de Tokyo ese mismo año para fijar en el canal de Bashi  los límites entre ambas administración. Al sur de dicho canal quedaron los dominios españoles en las Filipinas y al norte los nipones, donde se hallarían Formosa (hasta la II Guerra Mundial fue territorio japonés) y las Ryukyu.

Camp Kinser, Unas de las bases estadounidenses en Okinawa
Como un territorio más del Estado japonés, las Ryukyu sufrió las la II Guerra Mundial, como prueba que en su marco se produjese la batalla de Okinawa en 1945 (que consolidó la inminente victoria del bloque aliado sobre Japón). Una victoria cuyas consecuencias cambiará el rumbo político de estas islas, porque Japón tuvo que ceder la soberanía de estas islas a la administración estadounidense. En 1972 serán devueltas, conformando la prefectura de Okinawa que alberga las islas más meridionales de las Ryukyu. En la actualidad la extensión de las bases navales norteamericanas por toda la isla de Okinawa recuerda este pasado. Muchos de los habitantes de Okinawa, como hicieran muchos de los españoles de los años ochentas que gritaban “Otan, de entrada, no”, reclamaban el fin de la presencia militar. De este manera, este asunto se convierte en unos de los problemas políticos principales del gobierno de Tokyo con respecto a sus islas en Ryukyu.

Mas, las mayoría de los japoneses cuando piensan en estas islas lo hacen pensando en sol y playa. Gracias a ello su capital (Naha, en la isla de Okinawa) alberga un aeropuerto con un gran volumen de vuelos nacionales-internacionales. Al resto de sus islas (desde donde llegan las principales imágenes de playa paradisiacas) se accede por ferry o también por avión (caso de Ishigaki). Dada el precio para acceder desde Okinawa a las islas más cercanas (unos 6000 yenes, unos 40 euros, viaje de ida y vuelta desde Naha) solo explore la isla de Okinawa.
La estancia coincidió con el periodo electoral para elegir
los representantes de Okinawa. Es característico como solicitan
el voto, porque los simpantizantes de un candidato cogen sus
banderolas para situarse en las calles. Cuando pasa un coche
saludan a su conductor, y muestra su mejor sonrisa para pedir el voto. 
Esta isla posee unos 90 kilómetros, situándose su capital (Naha) en el sur. Naha no destaca por sus playas, por lo que ante mi deseo de sumergirme en las aguas del Pacífico busqué a unos 20 kilómetros a golpe de pedal una de las mejores, Mibaru Beach. Gracias al alquiler de una bicicleta tuve la libertad de explorar el terreno, desviándome de mi ruta para visitar Okinawa World.

Folckore de Okinawa
Este espacio, destaca por su espectacular cuevas y porque en su superficie alberga una especie de centro comercial trajeado con la casas y el folklore del lugar. Un cierto sentimiento de decepción me provocó este espacio,  que parece estar más diseñado para el consumo y que para explicar la cultura local. Sin embargo, al final de la visita me alegré de haber puesto mis pies en este lugar por el espectáculo de danza donde se muestra los bailes de la región, donde es característico las piruetas con el gran tambor en mano de sus danzarines y la aparición de shisa (el dragón característico de la isla).

Muestras de shisa. Para ver el origne de su leyenda:
http://es.wikipedia.org/wiki/Shisa
Tras contemplar el espectáculo, volvía a emprender mi camino hasta la esperada playa. Los desniveles del final del trayecto y el calor sofocante hizo que la buscase como si se tratase del dorado. Al llegar, me sumergí en sus aguas para saludar al Pacífico y darle las gracias por volverle a poder saludar. La soledad, de no hallar prácticamente en la playa, hizo el momento más místico. Con la alegría de reencontrarme con este gran amigo, puse de nuevo mi bicicleta 
en el camino para llegar a Naha en las 2 horas que mi distanciaba.

Castillo Shuri
El cansancio me hizo sucumbir rápidamente cuando llegue a mi hostel, lo que me ayudó a recobrar mis fuerzas para encauzar la siguiente jornada en el castillo Shuri y poder empaparme un poco de la historia de la isla. Desafortunadamente, este palacio que se convirtió en la sedad del palacio del reino de las Ryukuy, fue convertido en cenizas en la mencionada batalla de Okinawa (1945). Sin embargo, gracias a los trabajos de reconstrucción su belleza se puede contemplar en la actualidad, reconociendo la misma la lista de Patrimonio de la Humanidad de la Unesco.



Resort Rizzan sea Park Hotel- Tancha Bay
Mis días acabaron en un resort, gracias a las grandes ofertas existentes en la ahora temporada de invierno donde las temperaturas en Okinawa se sitúa en torno a los 25º grados y. Buen clima para disfrutar de la playa, sino fuera porque a los japoneses no le gustan bañarse si el agua del océano no está un poco calentita (unos 20º). Al situarse a unos 15º, podrás tener la playa prácticamente para ti. Por  ello, es muy recomendable viajar hasta Okinawa en esta temporada baja porque hace calor para bañarse en la playa, precios bajos y no hay aglomeraciones.

Gracias a todos estos factores, mi estancia en Okinawa me ha servido para desconectar del mundo que corre a pasos agigantados en la capital tokiota, y volver relajado y  feliz por reencontrarme con mi “Pacífico”.
Castillo Shuri


miércoles, 5 de noviembre de 2014

Hakone Daimyo Gyoretsu: Un festival peculiar



Cada 3 de noviembre la turística ciudad de Hakone, situada a una hora y media de Tokyo, celebra su procesión conocido

Hakone Daimyo Gyoretsu. Se trata de un desfile donde se representa el viaje que anualmente hacía el señor feudal de la región hasta Edo (nombre que hasta 1868 se conoció a Tokyo, la actual capital nipona). 

Por su cercanía a Tokyo (dos horas en tren), por ser día festivo en Japón (al celebrar el día de los museos) y por mi fascinación por las procesiones por ser una expresión de la cultura local, me traslade hasta esta lindo pueblo de Hakone, conocido por sus balnearios y su rica naturaleza. Con esas ganas tremendas de encontrarme con el bullicio y   Las normas en Japón están para cumplirla y aquí la  anarquía con cierto control que reina en las aglomeraciones del populacho no está bien vista. En ese momento, pensé que haría el pobrecito de ese policía si le dejase guardar el orden de una procesión en pleno Domingo de Pascua, donde, a veces,  el paso de las divinidades es el único que ponen en orden de posicionamiento de todas aquellas que se disponen a ver la procesión. No tanto por la fe que le puede tener a la imagen sino más bien al ver el espectador peligra su integridad al poder ser arrollado por los costalaros o bastoneros.
marabunta de mis queridas procesiones de Andalucía fui buscando la procesión. Al hacerlo, me sorprendieron la cantidad de policías para guardar la seguridad, cumpliendo a raja tabla este cometido. Pues recuerdo como me sitúe en una esquina fuera de la acera con gran espacio para que pasará el desfile. Sin embargo, el policía requería la atención de todos el que se salga de la acería, a pesar de que no se molestaba.


De la procesión de Hakone me sorprendió su absoluto orden y el colorido de las vestimenta de sus personajes. Me hicieron recordar la particular Semana Santa de mi villa natal, Puente Genil, por la caracterización tal como si se tratase de una especie de “carnaval” monotemático de sus personajes. Sin embargo, aquí en Japón me dio la impresión que el elemento del respeto religioso esta carente y que la procesión se había convertido en una oda festiva para rendir pleitesía a sus antepasados, los cuales antaño formaron un microcosmo social dominado por el señor de la región y su sequito. En este sequito del siglo XXI  destacaban las geishas por su gran número, el colorido de sus trajes  y el movimiento de sus abanicos que  a ritmo de una pegadiza canción movían con un gracia contenida.

                  

martes, 4 de noviembre de 2014

En el béisbol también se baila

¿Alguien pagaría dos veces para ver un deporte que no domina sus reglas? Yo lo he hecho para ir dos veces a ver el béisbol en Japón, uno de sus deporte nacionales.


Y lo he hecho por la teatralidad del espectáculo,  multitud de cheeleader y hombres forofos que a ritmo de la banda de música del equipo se sincroniza a la perfección para decir al público que soporta a su equipo cómo animar. Para ello colocan un escenario en la primera fila del público y cómo si fuese a una especie de show empieza a gritar las consignas a decir. A su vez a lo largo de todo el espacio reservado para los simpatizantes de ese equipo se reparten más cheeleaders y hombres que de una forma más cercana muestran al público y qué decir (hasta el punto de mostrar una especie de pizarra donde se muestra la letra a cantar como si se tratase de un karaoke). Para ganar en sonoridad suelen repartir unos cartones que al doblarse ayuda a animar, que son pintados de color para que se gane en vistosidad a la hora de moverse al ritmo de las directrices de las cheeleaders.





La mezcla de estos elementos de música y coreografía ya hace atractivo acudir al béisbol, como si tratase de una corrida de toros en San Fermines donde se echa más cuenta a lo que pasa en las gradas que en el albero. De ahí que haya acabado sin saber cómo fue el encuentro, pero con una sensación de haberlo pasado de lo lindo. Y todo ello gracias a poderme integrar como si fuera un simpatizante más de la ganadora Waseda, la universidad que se disputaba hoy la final del campeonato universitario de béisbol.    
Aficionados del Waseda celebrando un punto

viernes, 31 de octubre de 2014

!Happy Halloween nipón!

HAPPY HALLOWEEN


Calle de Ropongi, Tokyo




La cultura glocalizadora se ha extendido por todo el hombre mundial. Este fenómeno que conjuga elementos extendidos por todo el globo con las particularidades étnicas de cada región se manifestó de forma palpable ayer en Tokyo.


Chun-Li (Street Fighter, videojuego) se pelea con Mongol
Como si se tratase de una ciudad estadounidense más, los japoneses exaltaron su ociosidad para celebrar Halloween. Calles repletas de disfraces por sus centros de marcha (Shibuya y Ropongi) hacían que el transeúnte recorriera las recorriera lentamente. El jolgorio de gente y los grandes edificios luminosos, parecía que estuviera en una de las películas ambientas en la gran manzana de New York. Sin embargo, las vestimentas y mascarás del mundo oriental (donde destacaba el hallazgo de dibujos animados y videojuegos made in Japan) te hacían pensar que estaba en Asia. Sentimiento que se consolidó tras advertir la característica gentiliza de los nipones con sus voz de ¡Happy Halloween!.




Por esta mezcolanza entre la cultura global (celebración de Halloween, por el dominio cultural de los Estados Unidos en Relaciones Internacionales) y la defensa de la cultura japonesa en grande de los disfraces de los nipones, me hizo de pensar en el concepto leído a Roberstson de glocalización, donde se produce la ambivalencia de homogenizar la cultura global a la par que se defiende la identidad particular del individuo para diferenciarse de alguna manera en este mundo cultural similar.

De ahí, que todo aquel que quiera festejar la noche de Halloween encuentre en la ciudad de Tokyo un gran destino. 

sábado, 18 de octubre de 2014

SPAIN DANCE IN TOKYO: DEL AMOR DEL CERVANTES AL TRÁFICO BALLENERO

http://tokio.cervantes.es/FichasCultura/Ficha96519_67_1.htm
El deslizamiento del pequeño dedo del pie del cuerpo de una magnifica bailarina me hizo evocar mi queridas tierras. Ahí está la grandeza de la danza que consigue trasmitir las emociones con gestos llenos de sensaciones.

De nuevo el programa cultural del Instituto Cervantes me da la oportunidad de recordar aquellas personas queridas de mi tierra. En esta ocasión trayendo a una gran compañía de danza contemporánea, Larumbe Danza, que puso en escena El Rapto de la Diosa. Una pieza que combina la poesía y la danza, donde el juego de los cuerpos de sus grandes bailarines lleva al espectador a interactuar con el mensaje de una obra que advierte como el amor a veces nos puede llevar a la locura.


Esta compañía junto a Sneo Mestizaje Projects y la andaluza cia. De Fernando Hurtado llega al Japón gracias al programa Spain in Dance in Tokyo. Un programa que anualmente recorre una ciudad del globo para mostrar la vanguardia de la danza española. Este año en la elección de la ciudad ha sido clave el factor de la conmemoración de los 400 años de relaciones bilaterales entre España y el Japón por la llegada a las tierras hispana de la expedición diplomática Hasekura (que dejó su impronta en la ciudad sevillana de Coria del Río).
Por las redes marítimas de época moderna, está expedición llegó a la Península ibérica siguiendo la ruta del Galeón de Manila, es decir, a travesando el Pacífico para llegar a Nueva España (México) y posteriormente surcar el Atlántico para llegar a Europa.


Escena de la obra Ballena, Historia de Gigantes
Dada la impronta novohispana de la conmemoración de la misión Hasekura, una compañía mexicana Péndulo Cero ha sido invitada al programa Spain in Dance in Tokyo. Su obra Ballenas, Historia de Gigantes, (que destaca por relacionar las imágenes audiovisuales con los sincronizados movimientos de sus bailarines) hace un guiño al objetivo de este blog:  descubrir los fenómenos históricos del Pacífico. Pues representa unos de los fenómenos cruciales para explicar el acercamiento del mundo “Occidental” al Pacífico: el tráfico ballenero.
Novela Moby Dick de Herman Melville
publicada en 1851. 

Un tráfico que comenzó a mediados de la segunda mitad del siglo XVIII, y que dados los beneficios que se extraía del comercio de las ballenas, los navíos europeos (especialmente ingleses) y estadounidenses se multiplicaron durante la primera mitad del siglo XIX. Como consecuencia de esta presión comercial, el sistema  internacional comenzó a mostrar una mayor atención a la Oceanía, ayudando ello a incentivar la colonización de muchas islas de la Oceanía. Pues a la altura de finales del siglo XVIII solo España había integrado a su estructura administrativa las Marianas -1668- y  Reino Unido el territorio australiano con la llegada de la colonia de presidiarios en 1788. Los beneficios del tráfico ballenero ayudó a que las grandes potencias destinarán expediciones científicas del Pacífico, y que alentase la llegada de sus comerciantes y religiosos. Estos serán cruciales para ayudar a su Estado a incorporar un territorio de la Oceanía en la carrera colonial que las potencias emprenden a lo largo del siglo XIX.