martes, 4 de noviembre de 2014

En el béisbol también se baila

¿Alguien pagaría dos veces para ver un deporte que no domina sus reglas? Yo lo he hecho para ir dos veces a ver el béisbol en Japón, uno de sus deporte nacionales.


Y lo he hecho por la teatralidad del espectáculo,  multitud de cheeleader y hombres forofos que a ritmo de la banda de música del equipo se sincroniza a la perfección para decir al público que soporta a su equipo cómo animar. Para ello colocan un escenario en la primera fila del público y cómo si fuese a una especie de show empieza a gritar las consignas a decir. A su vez a lo largo de todo el espacio reservado para los simpatizantes de ese equipo se reparten más cheeleaders y hombres que de una forma más cercana muestran al público y qué decir (hasta el punto de mostrar una especie de pizarra donde se muestra la letra a cantar como si se tratase de un karaoke). Para ganar en sonoridad suelen repartir unos cartones que al doblarse ayuda a animar, que son pintados de color para que se gane en vistosidad a la hora de moverse al ritmo de las directrices de las cheeleaders.





La mezcla de estos elementos de música y coreografía ya hace atractivo acudir al béisbol, como si tratase de una corrida de toros en San Fermines donde se echa más cuenta a lo que pasa en las gradas que en el albero. De ahí que haya acabado sin saber cómo fue el encuentro, pero con una sensación de haberlo pasado de lo lindo. Y todo ello gracias a poderme integrar como si fuera un simpatizante más de la ganadora Waseda, la universidad que se disputaba hoy la final del campeonato universitario de béisbol.    
Aficionados del Waseda celebrando un punto

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