viernes, 12 de diciembre de 2014

Taiwán : Su realidad a través de la Historia

Taiwán es una de las islas claves para el dibujo de las fronteras coloniales de las islas Filipinas españolas.

Jardín de Taipei, capital de Taiwán
Su proximidad a las islas del Poniente (Filipinas) y la fiebre imperial que protagonizó la Monarquía ibérica de comienzos de la época moderna, motivo que se estableciese una gobernación española en la isla desde 1626-1642 bajo el nombre de Hermosa o Formosa. La debilidad de la Corona  Felipe IV condujo al fin del dominio hispano en la ínsula tras producirse el fin la Unión ibérica como consecuencia de las revoluciones  1640 y reconocer posteriormente la independencia de Holanda por el tratado de Westfalia (1648). Precisamente, los Países Bajos a través de la VOC (Compañía holandesa de las islas Orientales) había utilizado esta isla, junto a las fronteras ibéricas del sudeste asiático como las Molucas,  como escenario para diezmar el poder internacional español.  No en vano, tras producirse la colonia hispana de Formosa, el poder holandés dominó la isla de Taiwán dominó por un breve tiempo la isla hasta  1662, cuando los poderes asiáticos repelieron el poder “occidental”, integrándose durante dos siglos dentro del sistema político de la dinastía Qing  del Imperio Chino.

Plantaciones de Té

El té, uno de sus bienes más apreciados para el visitante actual, será clave para el fin del dominio chino de Taiwán. Pues este producto junto al opio y los productos textiles generaron un suculento mercado con pingües beneficios tras producirse la revolución tecnológica que supuso la Revolución Industrial a mediados del siglo XVIII. Por los pingües beneficios que generaban este mercado, los agentes comerciales de las potencias presionaron a los grandes Imperios asiáticos para que liberalizasen su economía. En este contexto se desarrollarán las guerras del opio por la que las potencias europeas penetran en China (1839-1842 // 1856-1860), la llegada del comodoro estadounidense Perry  para flexibilizar la economía del Japón (1853) y la extensión de los llamados “tratados desiguales” entre las potencias “occidentales” y los Estados asiáticos que aún conservaban su economía.


Situación geográfica de Taiwán.
Norte: China / Sur: Filipinas
El ritmo de la revolución industrial condujo a los Estados que peleaban por dominar el sistema internacional en querer  tener nuevos territorios que explotar. En este contexto, el colonialismo se desarrolla a un ritmo frenético y dentro de la Monarquía hispana aparecerán voces que claman la participación de España en dicha carrera imperial, a pesar de los problemas endógenos del Estado. El gobierno de la Unión Liberal de O´Donnell  (1858-1863) escuchará estás voces implementando una política exterior agresiva que llevarán a los militares españoles a la Cochinchina (Vietnam-Camboya) entre 1858-1862,  y cuya fiebre colonial llevará a dirigente españoles  a demandar la expansión por la próxima Taiwán.  Una iniciativa que criticará el máximo dirigente hispano en las Filipinas, al advertir la sinrazón de querer conquista la Conchinchina u otras islas periféricas de las Islas del Poniente, cuando España ni siquiera podía controlar el interior de sus fronteras. Sin embargo, el nacionalismo de la época que se forjaba bajo la idea imperial del Estado provocará que en ocasiones la política exterior española se guíe más por el corazón que por la razón, como muestra el conflicto de las Carolinas de 1885 o el denominado desastre del 98.

Expedicionarios japoneses en Formosa, 1874,
http://taipics.com/abo_stonegates.php
Precisamente este nacionalismo fundamentado en la idea imperial, será la causante del dominio chino de Taiwán. Pues el nuevo Estado japonés que surge tras la revolución Meiji en 1868 acoge muchos de los parámetros “occidentales” y entre ellos esa necesidad de expansión. De este modo, aprovechando un incidente que sufrieron sus pescadores enviará una expendición hacia Taiwán en 1874 presentando ante China su afán por conquista la isla. Tras producirse la guerra sino-japonesa de 1894-1895, la dinastía Qing  y el sistema internacional (incluida España a través del tratado de Bashi de 1895) reconocerá la soberanía nipona de Taiwán. Sin embargo, el largo pasado chino de la isla provocará  que su población se levante contra los japoneses, consolidándose a comienzos del siglo XX un movimiento que propugnaba la vuelta a integrar Formosa dentro de China.
Memorial Sun Yat-sen


En este movimiento destacará Sun Yat-sen, el cual podría ser considerado como el padre de la patria de Taiwán. De ahí, que unos de las partes arquitectónicas que más destaca de Tapei, capital de la isla, sea el Memorial que lleva su nombre. Un espacio con un gran dinamismo donde al caer la noche se puede disfrutar del espectáculo luminoso que ofrece el juego de las cometas “tuneadas” y de las acrobacias de los danzarines que bailan bajo la mirada atenta de Sun Yat- sen.
Break Dancer bailando bajo la mirada de Sun Yat-sen


La vuelta a la ya República china fue reconocida por el sistema internacional tras producirse la derrota de Japón en la II Guerra Mundial (1945). Mas la larga guerra civil que padecía china (1927-1950) tendrá sus consecuencias sobre la bella isla de Taiwán, pues ante la victoria del bando comunista de Mao Zedong  en la china continental provocó el refugió del bando derrotado en la isla de Taiwán. De este modo, se creó un problema internacional al asumir los dirigentes nacionales asentados en Taiwán que eran ellos el verdadero gobierno legítimo de china, mientras que los seguidores de Mao abogaban que se hallaba en Pekín. La consolidación y el poderío de la República Popular provocó que la mayoría de las potencias reconocieran la soberanía china en Pekín en los años 70s, considerándose en la actualidad a Taiwán a un Estado independiente y autónomo. Su demanda por oponerse al régimen comunista de la República Popular de China de  alguna manera se puede atisbar en uno de su más imponentes monumentos , Taiwan Memorial Democracy Hall, creado tras producirse la muerte de su presidente Chiang Kai-shek en 1975. Pues  en esa idea por enfatizar la democracia me lleva a recordar los años de la Guerra Fría donde los valores democráticos eran utilizados como un estandarte para combatir las ideas comunistas. 
Memorial Democracy Hall
Vistas de Taipei, dominada por la torre 101 (2003)
10º rascacielos más alto del mundo
En la actualidad, Taiwán camina hacia la modernidad creando un urbanismo vanguardista que se sincroniza con espacios públicos que refuerza la vida comunitaria de sus habitantes. Unos habitantes que comen en los concurridos “puestecillos” callejeros del  “Night Market” (cuyos olores me llevan a retroceder a mi estancia en Manila), rezan a la divinidades del panteón de Buda que se resguardan en sus coloridos templos, disfrutan de la vida nocturna y ofrece al turista la hospitalidad características de los países asiáticos.



Por esa mezcolanza entre la tradición del mundo chino y sus ganas por desarrollar su economía competitiva, sin duda, Taiwán es un buen destino para hallar cultura, relax y diversión. 


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