domingo, 20 de noviembre de 2011

Vivencias de un Emigrado


The Instituto Cervantes in Sydney
El Instituto Cervantes está situado en
unos de los parques más bonitos de
Sydney, Vitoria Park.

Esta semana por un momento me he sentido como si estuviera en la alegre tierra andaluza, gracias a la actividad que ha realizado el Instituto Cervantes en Sydney. Una actividad en el que se daba a conocer el flamenco en las antípodas españolas, trayendo a unos de los más afamados artistas del cante jondo como es Arcángel.
En su espectáculo tuve la sensación contraria a lo que Roberta Flack describía en su Killing me softly.  Para ella escuchar la el rajeo de una guitarra era como si la matasen lentamente, para mí escuchar los acordes flamencos  eran inyecciones de  vida.  Parecía como si mi ser se trasladase por unos instantes a mi calidad tierra, donde el desparpajo y el salero de sus gentes  contagiasen a mí ser de felicidad.
Quizás la sensación que tuve se debe a la añoranza. Una añoranza que a pesar de llevar escaso tiempo en Australia empieza hacer mella, más cuando la relación que tengo con la comunidad hispánica es escasa. Por ello a veces me siento un extraño en este territorio. Sin embargo las coplas entonadas por el flamenco me llevaron a la cotidianidad del sentir andaluz, de mi tierra, en definitiva del lugar de mis seres más allegado.
Actuación Arcangel
Supongo que este sentimiento lo tendrá de alguna manera todo emigrante que sale de su tierra. Pues atrás deja atrás muchos seres queridos, donde la distancia le imposibilita un trato cotidiano y cercano. En mi caso este sentimiento es matizable, porque mi emigración ha sido elegida, me hallo en un Estado que me acogido de forma óptima y el uso de las nuevas tecnologías me acerca a mis seres queridos. Sin embargo, en el pasado más cercano muchos andaluces tuvieron que salir de sus hogares para escapar de la miseria en busca de un futuro mejor, no pudiendo elegir el viaje de regreso. El cante de Arcángel me hizo recordar a todos esos emigrantes, que se le caían las lágrimas cuando fuera de su tierra escuchaban el castizo cante andaluz, pues quizás  era el único medio que tenía para acercarse a la familiaridad de su tierra.  Sin embargo sabían que no podía regresar, por la necesidad de mandar dinero a sus familias. Gracias al esfuerzo de estos emigrantes escapó de la debilidad económica del primer franquismo y hoy en España (a pesar de la crisis) existe un Estado del Bienestar. Por ello, el blog de hoy se lo dedico a todos esos emigrantes.
Se calcula que casi un millón de andaluces salieron de sus hogares
durante los años 50s y 60s.

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