martes, 30 de agosto de 2011

BERLIN Amazing


Sin duda, Berlín provoca la admiración de todos sus visitantes. Y no sólo por su monumental arquitectura,  capaz de conjugar de modelos urbanos totalmente contrarios como demuestra los ejemplos de Postademar Platz y su monumental casco urbano.   


Postademar Platz

Catedral de Berlin

Desde mi punto de vista la grandeza de esta capital europea se encuentra en sus gentes. Para que nos hagamos idea de su hospitalidad debemos de señalar la facilidad de sus habitantes para desprender una gran sonrisa al viandante que encuentra en la dirección de sus ojos. Algo que choca con la imagen que todo ciudadano mediterráneo tenemos del mundo bávaro. Quizás, como indica mi amiga, su espontaneidad se debe a la peculiaridad que la historia de la segunda mitad del siglo XX ha deparado a esta ciudad. Pues sus habitantes observaban con tristeza las barreras humanas a dos mundos culturales, y por ello conscientes de la sin razón que tenía poner fronteras a la relaciones humanas han hecho del ciudadano berlinés un individuo hospitalario.

Su hospitalidad se puede apreciar en la mezcolanza de culturas de sus calles. Todas las formas de pensar desde el respecto, son bien acogidas en Berlín. Así se puede apreciar en dos barrios característicos como son su barrio gay de Schöneberg  y el característico y peculiar  de Kreuzberg.  
Un barrio donde no sólo se puede contemplar las peculiaridades de la cultura otomana en el pleno corazón de Europea, sino las formas de pensar y cocinar de todas las partes del planeta. Gracias a su fisionomía cosmopolita este barrio ha sido elegido por los artistas de la cultura underground  como base de sus muestras de sus obras, fascinando al viandante por el recorrido de sus calles. Unas calles variopintas que dada su fuerza, ha traspasado el urbanismo de este barrio berlinés.

El carácter  multicultural de toda la ciudad ha hecho de Berlín un gran centro cultural.  Este rasgo ha sido ayudado por los espacios creados por estos alemanes para relacionarse. Así lo manifiestan sus lugares de recreo y esparcimiento. Como nos muestran sus  tiendas de alimentación y bebida
que ponen en sus puertas unos bancos para que la gente converse. O la multitud de parque que inunda la ciudad (algunos tan enormes como el de Tergaten). Unos parques que son el lugar preferido de los berlineses en día soleados, pues le encanta sentir la vida de Lorenzo y disfrutar de los espacios públicos.
Es tal el grado de importancia que Berlín le da a la vida cultural y ocio, que incluso espacios que aparentemente no son construidos para este fin se transforman para dar cobijo en él. Así lo pude comprobar a mirar con admiración como algunas de sus estaciones de metro que la noche de sus fines de semana  son utilizadas por DJ para mostrar su arte. Un arte que es disfrutado  por los paseantes, pues convierten sus estaciones de metro en una improvisada pista de baile.
Un metro que dicho sea de paso debe de mejorar bastante. No por las conexiones de sus redes, pues es fácil por moverse por Berlín, sino por la señalización para llegar a ellas.


Museo de Bergamo
 

Sin embargo este defecto es una pecata minuta su la comparamos con el mundo económico que esconde. Pues Berlín a diferencia de sus ciudades hermanas del occidente no despunta tanto en el desarrollo económico. Como consecuencia de ello la ciudad se ha volcado en explotar su turismo, intentando aprovechar hasta la saciedad el dinero del típico turista de tour. isla de los museos, donde a diferencia de otras capitales europeas como Londres, Madrid o París han dispersados su Patrimonio Nacional en diversos museos, a los que hay que acceder a un precio nada despreciable de  5 Euros si tienes la suerte de ser estudiante o de 10 Euros. Otra muestra de esa explotación turística podemos apreciarlo en la reconfiguración que está haciendo de su símbolo más conocido, Su Muro.

Para darnos cuenta podemos citar a su espectacular, donde a diferencia de otras capitales europeas como Londres, Madrid o París han dispersados su Patrimonio Nacional en diversos museos, a los que hay que acceder a un precio nada despreciable de  5 Euros si tienes la suerte de ser estudiante o de 10 Euros. Otra muestra de esa explotación turística podemos apreciarlo en la reconfiguración que está haciendo de su símbolo más conocido, Su Muro.


Tienda Muro Berlin


Parte del Muro de Berlin.

Pese a ello Berlín se ha convertido en un centro cultural en el que a toda la gente le gustaría vivir. Y no lo dice sólo las personas que pasan unos días explotando las riquezas de la ciudad, sino sus gentes. Pues todas las personas que viven y me han podido enseñar su urbe, la describen como irrepetible y son comparación a otra gran capital mundial. Anhelando su deseo de continuar viviendo en esta Amazing ciudad

Manifestación centro de Berlin


Alexander Platz




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