Asakusa está situado en un lugar céntrico de la capital
Tokyo, y destaca por su espectacular templo.
Al visitante
le sorprenderá en la periferia del monumento religioso la cantidad de tiendas y
un medio de transporte que es la primera vez que he visto en Tokyo: el jinrikisha. Un vehículo tradicional, donde la
persona que usa su fuerza para moverlo intenta atraer a los turistas para
ofrecer su servicio, siempre lo hace con la gentileza característica nipona. Si
finalmente decides montar en él, te dará su delicadeza para que te sientes y
disfrutes del viaje (calzará con dos tacos las grandes ruedas de su vehículo
para evitar que se muevan, y caigas cuando intentes montar, y te darán una
especie de mantita para hacer el trayecto más calidad.
Una vez que consigas llegar al templo budista te sorprenderá por sus dimensiones colosales, pero también por los ritos que efectúan los
japoneses. Antes de subir a la escalinata principal del templo: intentan atraer
a su cuerpo el humo de un gran incensario existente y lavarán sus manos para intentar
purificarse ante de visitar a la
divinidad.
Al subir las escaleras, que los llevan a la sala
principal donde se encuentra la principal divinidad del templo, tirarán una
moneda, antes de rezar a su divinidad.
A mí particularmente me ha chocado la relación
del rito con el dinero. Pues no sólo en este acto monedas con pequeño valor se
emplea en el rito, ya que al igual que los cristianos que quieren dejar una
vela encendida a su divinidad, también pagan por encenderlas. Además, existe
otra especie de rito asociado a la suerte donde se paga unos 100 yenes (menos
de 1 euro) y que consiste en una caja
rectangular, donde existe un agujero. De ese agujero saldrá una especie de
palillo con un símbolo que está asociado a un determinado cajoncillo de muchos
que están apilados. Al abrirlo, podrás coger un papel que intuyó que te dirá tu
buenaventura.
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