Taiwán es una de las islas claves para el dibujo de las
fronteras coloniales de las islas Filipinas españolas.
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Jardín de Taipei, capital de Taiwán |
Su proximidad a las islas del Poniente (Filipinas) y la
fiebre imperial que protagonizó la Monarquía ibérica de comienzos de la época
moderna, motivo que se estableciese una gobernación española en la isla desde
1626-1642 bajo el nombre de Hermosa o Formosa. La debilidad de la Corona Felipe IV condujo al fin del dominio hispano
en la ínsula tras producirse el fin la Unión ibérica como consecuencia de las
revoluciones 1640 y reconocer
posteriormente la independencia de Holanda por el tratado de Westfalia (1648).
Precisamente, los Países Bajos a través de la VOC (Compañía holandesa de las
islas Orientales) había utilizado esta isla, junto a las fronteras ibéricas del
sudeste asiático como las Molucas, como
escenario para diezmar el poder internacional español. No en vano, tras producirse la colonia
hispana de Formosa, el poder holandés dominó la isla de Taiwán dominó por un breve
tiempo la isla hasta 1662, cuando los
poderes asiáticos repelieron el poder “occidental”, integrándose durante dos
siglos dentro del sistema político de la dinastía Qing del Imperio Chino.
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Plantaciones de Té |
El té, uno de sus bienes más apreciados para el visitante actual,
será clave para el fin del dominio chino de Taiwán. Pues este producto junto al
opio y los productos textiles generaron un suculento mercado con pingües
beneficios tras producirse la revolución tecnológica que supuso la Revolución
Industrial a mediados del siglo XVIII. Por los pingües beneficios que generaban
este mercado, los agentes comerciales de las potencias presionaron a los
grandes Imperios asiáticos para que liberalizasen su economía. En este contexto
se desarrollarán las guerras del opio por la que las potencias europeas
penetran en China (1839-1842 // 1856-1860), la llegada del comodoro
estadounidense Perry para flexibilizar
la economía del Japón (1853) y la extensión de los llamados “tratados
desiguales” entre las potencias “occidentales” y los Estados asiáticos que aún
conservaban su economía.
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Situación geográfica de Taiwán.
Norte: China / Sur: Filipinas |
El ritmo de la revolución industrial condujo a los Estados
que peleaban por dominar el sistema internacional en querer tener nuevos territorios que explotar. En
este contexto, el colonialismo se desarrolla a un ritmo frenético y dentro de
la Monarquía hispana aparecerán voces que claman la participación de España en
dicha carrera imperial, a pesar de los problemas endógenos del Estado. El
gobierno de la Unión Liberal de O´Donnell
(1858-1863) escuchará estás voces implementando una política exterior
agresiva que llevarán a los militares españoles a la Cochinchina
(Vietnam-Camboya) entre 1858-1862, y
cuya fiebre colonial llevará a dirigente españoles a demandar la expansión por la próxima
Taiwán. Una iniciativa que criticará el
máximo dirigente hispano en las Filipinas, al advertir la sinrazón de querer
conquista la Conchinchina u otras islas periféricas de las Islas del Poniente,
cuando España ni siquiera podía controlar el interior de sus fronteras. Sin embargo,
el nacionalismo de la época que se forjaba bajo la idea imperial del Estado
provocará que en ocasiones la política exterior española se guíe más por el
corazón que por la razón, como muestra el conflicto de las Carolinas de 1885 o
el denominado desastre del 98.
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Expedicionarios japoneses en Formosa, 1874,
http://taipics.com/abo_stonegates.php |
Precisamente este nacionalismo fundamentado en la idea
imperial, será la causante del dominio chino de Taiwán. Pues el nuevo Estado
japonés que surge tras la revolución Meiji en 1868 acoge muchos de los
parámetros “occidentales” y entre ellos esa necesidad de expansión. De este
modo, aprovechando un incidente que sufrieron sus pescadores enviará una
expendición hacia Taiwán en 1874 presentando ante China su afán por conquista
la isla. Tras producirse la guerra
sino-japonesa de 1894-1895, la dinastía Qing
y el sistema internacional (incluida España a través del tratado de
Bashi de 1895) reconocerá la soberanía nipona de Taiwán. Sin embargo, el largo
pasado chino de la isla provocará que su
población se levante contra los japoneses, consolidándose a comienzos del siglo
XX un movimiento que propugnaba la vuelta a integrar Formosa dentro de China.
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Memorial Sun Yat-sen |
En este movimiento destacará Sun Yat-sen, el cual podría ser
considerado como el padre de la patria de Taiwán. De ahí, que unos de las
partes arquitectónicas que más destaca de Tapei, capital de la isla, sea el
Memorial que lleva su nombre. Un espacio con un gran dinamismo donde al caer la
noche se puede disfrutar del espectáculo luminoso que ofrece el juego de las
cometas “tuneadas” y de las acrobacias de los danzarines que bailan bajo la
mirada atenta de Sun Yat- sen.
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Break Dancer bailando bajo la mirada de Sun Yat-sen |
La vuelta a la ya República china fue reconocida por el
sistema internacional tras producirse la derrota de Japón en la II Guerra
Mundial (1945). Mas la larga guerra civil que padecía china (1927-1950) tendrá
sus consecuencias sobre la bella isla de Taiwán, pues ante la victoria del
bando comunista de Mao Zedong en la
china continental provocó el refugió del bando derrotado en la isla de Taiwán.
De este modo, se creó un problema internacional al asumir los dirigentes nacionales
asentados en Taiwán que eran ellos el verdadero gobierno legítimo de china,
mientras que los seguidores de Mao abogaban que se hallaba en Pekín. La
consolidación y el poderío de la República Popular provocó que la mayoría de
las potencias reconocieran la soberanía china en Pekín en los años 70s,
considerándose en la actualidad a Taiwán a un Estado independiente y autónomo.
Su demanda por oponerse al régimen comunista de la República Popular de China
de alguna manera se puede atisbar en uno
de su más imponentes monumentos , Taiwan Memorial Democracy Hall, creado tras
producirse la muerte de su presidente Chiang Kai-shek en 1975. Pues en esa idea por enfatizar la democracia me
lleva a recordar los años de la Guerra Fría donde los valores democráticos eran
utilizados como un estandarte para combatir las ideas comunistas.
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Memorial Democracy Hall |
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Vistas de Taipei, dominada por la torre 101 (2003)
10º rascacielos más alto del mundo |
En la actualidad, Taiwán camina hacia la modernidad creando
un urbanismo vanguardista que se sincroniza con espacios públicos que refuerza
la vida comunitaria de sus habitantes. Unos habitantes que comen en los
concurridos “puestecillos” callejeros del
“Night Market” (cuyos olores me llevan a retroceder a mi estancia en
Manila), rezan a la divinidades del panteón de Buda que se resguardan en sus
coloridos templos, disfrutan de la vida nocturna y ofrece al turista la
hospitalidad características de los países asiáticos.
Por esa mezcolanza entre la tradición del mundo chino y sus
ganas por desarrollar su economía competitiva, sin duda, Taiwán es un buen destino
para hallar cultura, relax y diversión.