lunes, 31 de octubre de 2011

La Universidad de Sydney: Joya de la ciudad.


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Sin duda este espacio puede reflejar las vivencias de esta semana. Pues prácticamente me la he pasado adquiriendo conocimientos como consecuencias de mi afán por desarrollar mi trabajo .  Por ello  hoy voy a dedicar mi blog, a la Universidad.
La capital de  Nueva Wales del Sur, Sydney, alberga en su seno a diferentes universidades Muchas de ellas están muy próximas.  Mas desde mi punto de vista la más espectacular es la Universidad de Sydney. Una universidad que se ha convertido en mi predilecta a la hora de escoger la obra arquitectónica de esta ciudad.
Patio Principal celebrando su ceremonia de graduación.
La universidad es inmensa, es una especie de mini ciudad.  Tiene edificios modernos se fusionan con los neoclásicos, teniendo en su extensión diferentes jardines que hace al estudiante encontrar el desasosiego en su caminar desasosiego. A veces cuando paseo por sus calles (porque la universidad tiene sus calles propias) parece que estoy en los típicos campus de la películas de americanas. Mas cuando entro en sus edificios antiguos parece que estoy dentro de una película de Harry Potters.
Los recursos de la universidad son espectaculares, a veces las universidades españolas deberían de aprender de su organización e infraestructura. Mas ojalá que nunca aprenda de la cuantía que pagar los alumnos para gozar de sus servicios. Aquí el concepto de lo público no es como España, yo me quede perplejo cuando los primeros días intente apuntarme a una actividad deportiva. Yo no sé si lo entendí bien (porque mi inglés no brilla por su excelencia) pero por jugar a fútbito me dijeron que me tenía que apuntar a un club. Y que la ficha del club era unos 200 dólares.  Eso sí, los Don Juanes aquí tiene su paraíso, porque me quede sorprendido porque los chicos y chicas jugaban de forma mixta en los partidos de fútbitol.


Otra de los recuerdos que me llevaré de esta universidad es la gran vida que tiene. De hecho he tenido la suerte de vivir unas elecciones estudiantiles. Las vísperas de ellas el campus estaba lleno de vida, de hecho a veces me preguntaba para mí que cuando estudiaban estos muchachos porque siempre están en la calle. Muchos de ellos estaban pidiendo el voto para su partido de la forma más peculiar del mundo.  A veces era hasta molestos, yo no podía votar, pero si alguien quería efectuar su voto todos los partidos a pie de urna lanzaba su último cartucho para pedir el voto. 

Militante del partido estudiantil ZOO pidiendo el voto.
 
Al fondo se halla la mesa electoral para votar, el individuo
si quiere votar tiene que salvar a todos los militantes del partido.
El acoso era tal, que tuvieron que poner unas cintas adhesivas alrededor de la mesa
para impedir que los militantes traspasen esas líneas.


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