El Nido se halla en el Norte de Palawan |
EL
NIDO, TIME TO RELAX
El Nido es una pequeña
villa pesquera, volcada al turismo, situada al Norte de la isla de Palawan.
El devenir de esta isla
sufre una evolución parecida a las islas menores de las Filipinas, pues los
españoles a comienzos de la dominación colonial se centran prácticamente en
expandirse por la isla que alberga Manila (Luzón). El resto de las islas (como
Palawan) no adquirirán protagonismo en las reformas administrativas españolas
hasta el siglo XIX, época en la que España ha de reforzar sus fronteras para
evitar que las potencias internacionales (asentadas muy fuertemente en el
sudeste asiático) les arrebate las Filipinas (que dentro del imaginario
colectivo peninsular español equivalía a Manila y su isla de Luzón). Sí es
cierto, que anteriormente al siglo XIX hubo asentamientos españoles en la isla
de Luzón (de hecho la antigua capital española- Tay Tay- data de XVII), sin
embargo hasta el siglo decimonónico el poder español en la isla fue mínimo. De
hecho, si analizamos la fundación de las ciudades más importantes (tal es el
caso de su actual capital Puerto Princesa, que recibe el nombre en honor de la
princesa Eulalia -hija de Isabel II-) datan del siglo XIX.
Precisamente, mi
aventura comenzó en Puerto Princesa, al ubicarse allí el aeropuerto. Tras
recorrer tras más de 5 horas en una furgoneta mágica (por tener la facultad de
sacar asientos de cualquier lado de su diminuto espacio, albergando en su seno
a casi 20 pasajeros) llegamos al el Nido. Un lugar paradisiaco, donde cualquier
mortal puede encontrar la tranquilidad a divisar sus fabulosas playas.
Dado la multitud de
isla que rodean a esta villa, los tours en los barcos se han convertido en su
gran atractivo. A pesar, de la multitud de compañías familiares existentes, uno
sólo puede elegir 4 rutas, las cuales independiente de la empresa tienen el
mismo precio. Un precio bastante barato porque un día entero en el mar, con
comida incluida (siendo esta bastante copiosa y de calidad) puede rondar unos
20 euros.
El viaje en el mar intensifica
la calidad de esta villa: la tranquilidad
y no haber tiempo para las preocupaciones. De hecho, en el mar vivimos
un desafortunado episodio queda patente este estilo de vida. Pues en unos de
nuestro viajes nuestro pequeño barco perdió su elice. Gracias a la ayuda de
otro barco pudimos ser remolcados a otra isla, donde preguntamos al marinero y
ahora qué. Su única respuesta fue RELAX y tumbarse. Sin embargo tras realizar
unas llamadas pudimos continuar nuestro viaje siendo nuevamente remolcado por
otro barquito, pudiendo llegar a lugares que podrían ser tildados por los
amantes del buceo como joyas en bruto.
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