HONG
KONG: La Londres asiática.
David Kalakaua, penúltimo rey de las islas
Hawaii, soñó a finales del siglo XIX en convertir su reino en la Londres del
Pacífico. Su sueño quizás se vería cumplido si hoy pudiera dominar Hong Kong,
una ciudad dinámica, viva y llena de contrastes otorgados por alberga en su
interior los ritmos de Oriente y Occidente. La Hong Kong del siglo XXI ha
sabido combinar en su seno la herencia cultural
del mundo chino y la vanguardia del mundo anglosajon.
El largo pasado colonial británico se puede
atisbar con un simple paseo por sus calles al contemplar su urbanismo, el orden
de sus calles y las construcciones megalómanas. Sus concurridas carreras de
caballos y el disfrute de una cerveza en sus pubs o un viaje en sus autobuses de
dos plantas, hace que el visitante a veces se pregunte si está en Asia o se
halla en una de los puntos que el centro británico esconde.
Dado la reticencia de la cultura china de frecuentar los pubs y discotecas, sólo encontrar occidentales en estos lugares de Hong Kong |
Templo budista |
Yo
tuve esa gran suerte, porque la familia de mi querídisima amiga Chiu me acogió
en su seno como uno más. A pesar de la imposibilidad de comunicarnos fluidamente
(al conocer los cabezas de familia sólo
el idioma chino) pude palpar el respeto que todo chino otorga a la familia (motor
fundamental de la vida social, donde los padres en numerosas ocasiones sustituyen
a los camaradas europeos). Con ello pude disfrutar de varias comidas, entre lo
que siempre recordaré sus desayunos donde son copiosos su variopintos platos (pescados,
carnes, arroz, platos dulces ante de que llegue el postre) , que provoca que el
estómago del europeo se puede resentir por la mezcla de diferentes ingredientes.
Sin embargo, ello no fue un inconveniente para disfrutar con ellas de las
espectaculares vista de su bahía y de
una última cena, donde el calor y el atisbo de una lata de carne de membrillo
que hacía su viaje a Hong Kong hacía que me sintiese como en casa.
Por
todo ello, no puedo sino dedicar el blog de hoy a la familia Chiu, por saberme
trasmitir la mágica y hospitalidad del desconocido pueblo chino.
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