martes, 30 de agosto de 2011

Good Bye Europe

Sin dormir apenas un par de horas en mi ultima noche en alemania, me levante temprano para tomar un avión que me llevaba a mi ultimo destino europeo.

Llegue al aeropuerto de Tegel y con un poco de retraso conseguí tomar mi vuelo. Al entrar descubrir las diferencias entre un avión de low cost, tipicos de la compañía ryanair a la que estoy a constumbrado, y una gran aerolinea como british airways. No hay ni punto de comparación: más espacio entre asiento, asistencia más personalizada, snack gratis, etc. Después de esta experiencia resultará difícil volver a volar en Europa con compañía de bajo coste, aunque no dudo que lo haré por su precio incompetible.


Londres

Tras dormir en el trayecto del avión, llegue a la capital del Imperio británico, Londres. Las vistas panorámicas que pude contemplar antes de aterrizar en el aeropuerto de Heathrow fueron espectaculares, pudiendo comprender como el Reino Unido se ha convertido hoy en un Estado con un potencial económico determinante en la configuración determinada de nuestro mundo. 
Un potencial que no ha sido novedoso, pues durante toda la edad contemporánea este Estado ha ejercido un predominio hegemónico a la hora de configurar las Relaciones Internacionales.

De hecho, desde mi punto de vista, el Reino Unido ha sido el Estado que ha tranformado por completo la fisionomía del actual Océano Pácifico. Pues antes de que se produjese la Revolución Industrial (circa mitad XVIII), los Estados europeos mantenía un contacto débil con el Pacífico, de hecho muchas regiones de este areas estaban completamente sin descubrir. A partir de la revolución industrial, Inglaterra comienza a explotar más intensamente algunas de sus potencias orientales como India, y intensifica su tráfico con regiones. De hecho la gran apertura del mundo oriental debemos de hallarla en los conflictos políticos entre China y Reino Unido, al no permitir la primera comercial esta sustancia viciosa en su territorio. Reino Unido protesta y comienza las dos Guerras del Opio (1839-1842; 1856-1860) , tras su victoria consigue que el hermético imperio Chino se abra al exterior con la cesión de varios puertos como Hong Kong.

Ello será el comienzo del fin del aislamiento de los Estados del Oriente Asiáticos. Pues, no sólo Reino Unido se quiere expandir sino que todas las potencias empieza a interesarse por todos este área. Ante ello países como China, Japón o Corea (Estados con una fuertes tradiciones, que veían con muy malos ojos el contacto con los europeos, permaneciendo herméticos al exterior) no puede con el podería europeo y se deben abrir al exterior. Producíendo revoluciones tan interesantes como la Meiji de 1868 en Japón.
Además de la influencia que ejercen las potencias europeas sobre los Imperios asiáticos, éstas se lanzan a la conquista de las islas del Pacífico. Así lo manifiesta el caso de Australia y Nueva Zelanda que su origen debemos de buscarlo en el deseo de Reino Unido por expandirse por el Pacífico a finales del siglo XVIII descubriendo a poblaciones hasta entonces desconocidas.

España no será ajena a este proceso. Sin embargo su debilidad en el siglo XIX le llevará a mantener una política por mantener su centro de poder en el Pacífico (Filipinas) y no de expandirse por el Pacífico. Ello lo conseguirá con el permiso de potencias, como el Reino Unido. Pues, Inglaterra posibilitará que España mantenga su presencia en el Pacífico (Filipinas, Marianas y Carolinas) a cambio de la cesión de algunos de sus territorios con poca presencia hispánica en las Célebes .
De alguna manera el poderío de España en el Pacífico depende totalmente de la voluntad de las potencias europeas, de hecho cuando se produce la guerra hispano-americana de 1898, España pierde sus colonias por la falta de ayuda de las potencias europeas. Pues, por sus propios medios, es incapaz de hacer frente a las amenaza de las potencias europeas.

Tras recordar en poderío del Imperio británico en el Pacífico, mi vuelo finalmente llega a Heathrow. Al llegar allí los nervios afloran en mi piel, pues ya si soy consciente de que no hay marchar. Tras embarcarme en el gigantesco avión que me trasladará a Seul, siento que la protección de la Unión Europea acaba. Y que a partir de ahora debe de afrontar mi gran odisea de explorar el Pacífico.
 













BERLIN Amazing


Sin duda, Berlín provoca la admiración de todos sus visitantes. Y no sólo por su monumental arquitectura,  capaz de conjugar de modelos urbanos totalmente contrarios como demuestra los ejemplos de Postademar Platz y su monumental casco urbano.   


Postademar Platz

Catedral de Berlin

Desde mi punto de vista la grandeza de esta capital europea se encuentra en sus gentes. Para que nos hagamos idea de su hospitalidad debemos de señalar la facilidad de sus habitantes para desprender una gran sonrisa al viandante que encuentra en la dirección de sus ojos. Algo que choca con la imagen que todo ciudadano mediterráneo tenemos del mundo bávaro. Quizás, como indica mi amiga, su espontaneidad se debe a la peculiaridad que la historia de la segunda mitad del siglo XX ha deparado a esta ciudad. Pues sus habitantes observaban con tristeza las barreras humanas a dos mundos culturales, y por ello conscientes de la sin razón que tenía poner fronteras a la relaciones humanas han hecho del ciudadano berlinés un individuo hospitalario.

Su hospitalidad se puede apreciar en la mezcolanza de culturas de sus calles. Todas las formas de pensar desde el respecto, son bien acogidas en Berlín. Así se puede apreciar en dos barrios característicos como son su barrio gay de Schöneberg  y el característico y peculiar  de Kreuzberg.  
Un barrio donde no sólo se puede contemplar las peculiaridades de la cultura otomana en el pleno corazón de Europea, sino las formas de pensar y cocinar de todas las partes del planeta. Gracias a su fisionomía cosmopolita este barrio ha sido elegido por los artistas de la cultura underground  como base de sus muestras de sus obras, fascinando al viandante por el recorrido de sus calles. Unas calles variopintas que dada su fuerza, ha traspasado el urbanismo de este barrio berlinés.

El carácter  multicultural de toda la ciudad ha hecho de Berlín un gran centro cultural.  Este rasgo ha sido ayudado por los espacios creados por estos alemanes para relacionarse. Así lo manifiestan sus lugares de recreo y esparcimiento. Como nos muestran sus  tiendas de alimentación y bebida
que ponen en sus puertas unos bancos para que la gente converse. O la multitud de parque que inunda la ciudad (algunos tan enormes como el de Tergaten). Unos parques que son el lugar preferido de los berlineses en día soleados, pues le encanta sentir la vida de Lorenzo y disfrutar de los espacios públicos.
Es tal el grado de importancia que Berlín le da a la vida cultural y ocio, que incluso espacios que aparentemente no son construidos para este fin se transforman para dar cobijo en él. Así lo pude comprobar a mirar con admiración como algunas de sus estaciones de metro que la noche de sus fines de semana  son utilizadas por DJ para mostrar su arte. Un arte que es disfrutado  por los paseantes, pues convierten sus estaciones de metro en una improvisada pista de baile.
Un metro que dicho sea de paso debe de mejorar bastante. No por las conexiones de sus redes, pues es fácil por moverse por Berlín, sino por la señalización para llegar a ellas.


Museo de Bergamo
 

Sin embargo este defecto es una pecata minuta su la comparamos con el mundo económico que esconde. Pues Berlín a diferencia de sus ciudades hermanas del occidente no despunta tanto en el desarrollo económico. Como consecuencia de ello la ciudad se ha volcado en explotar su turismo, intentando aprovechar hasta la saciedad el dinero del típico turista de tour. isla de los museos, donde a diferencia de otras capitales europeas como Londres, Madrid o París han dispersados su Patrimonio Nacional en diversos museos, a los que hay que acceder a un precio nada despreciable de  5 Euros si tienes la suerte de ser estudiante o de 10 Euros. Otra muestra de esa explotación turística podemos apreciarlo en la reconfiguración que está haciendo de su símbolo más conocido, Su Muro.

Para darnos cuenta podemos citar a su espectacular, donde a diferencia de otras capitales europeas como Londres, Madrid o París han dispersados su Patrimonio Nacional en diversos museos, a los que hay que acceder a un precio nada despreciable de  5 Euros si tienes la suerte de ser estudiante o de 10 Euros. Otra muestra de esa explotación turística podemos apreciarlo en la reconfiguración que está haciendo de su símbolo más conocido, Su Muro.


Tienda Muro Berlin


Parte del Muro de Berlin.

Pese a ello Berlín se ha convertido en un centro cultural en el que a toda la gente le gustaría vivir. Y no lo dice sólo las personas que pasan unos días explotando las riquezas de la ciudad, sino sus gentes. Pues todas las personas que viven y me han podido enseñar su urbe, la describen como irrepetible y son comparación a otra gran capital mundial. Anhelando su deseo de continuar viviendo en esta Amazing ciudad

Manifestación centro de Berlin


Alexander Platz




lunes, 29 de agosto de 2011

Primera Escala, Un poco de Historia del Pacifico Hispánico

Tras un par de horas de viaje, sin apenas dormir en toda la noche nos lleva hasta la capital alemana de Berlin.

Aunque parezca sorprende esta capital europea es determinante a la hora de diseñar el mapa del Pacífico hispánico contemporáneo. No en vano la fisionomía de las últimas colonias españolas en el Pacífico, se debe en buena parte a las directrices y el juego político desarrollada por la diplomacia alemana de finales del siglo XIX.
Equatorial AfricaEl desarrollo de la revolución industrial creó un modelo de poder económico sustentando en la búsqueda de materias primas y mercados por parte de las potencias europeas en el exterior. De esta forma  en el siglo XIX los Estados del viejo mundo, encabezados por Francia y Reino Unido, comienzan a repartirse áreas consideradas como primitiva, como es el caso de África.
El incipiente Estado alemán (surgido tras la guerra franco-prusiana finalizada de 1871) en un principio no se interesa por tomar posesión de estos territorios “desconocidos” para los europeos, pues su líder política Otto von  Bismarck, crea un juego de poder internacional tendente a no participar de manera efectiva en el reparto del mundo a cambio de conseguir su objetivo: aislar a Francia. De esta forma evitaba una posible revancha  del Estado galo por perder la mencionada guerra de 1871, donde se consumó la pérdida de las regiones de la Alsacia y la Lorena.
Sin embargo, a medida que su liderazgo avanza son muchas las voces de sus conciudadanos que le exigen que finaliza con su política exterior pasiva de nivelación de los poderes de las potencias europeas (que le permitía ganar peso internacional dentro del sistema internacional) y se muestre más ambicioso a la hora de reclamar territorios en el reparto del mundo que se estaba produciendo. Este factor junto al avance comercial de los alemanes en el Pacífico hizo que el canciller Bismarck pusiesen sus ojos en el Pacífico para acallar estas demandas. De hecho Alemania comienza a hacerse con muchas islas ubicadas en este Océano. Esta política de expansión provocará un gran conflicto con España.

File:Kolonialbesitz.png

La España del siglo XIX se encontraba a una larga distancia del poderío internacional que ejerció la dinastía de los Austria Mayores del siglo XVI (Carlos V y Felipe II), pues tras la guerra de Independencia contra los franceses (1808-1812) se había convertido en una potencia internacional de segundo orden, siempre dependiente a los dictámenes de Francia, Reino Unido y Alemania (entre otras). Dado su debilidad sus colonias americana consumaron su independencia (a excepción de Cuba y Puerto Rico), sin embargo España consiguió conservando sus colonias de ultramar en el Pacífico.
 
Siguiendo las reglas del derecho de descubrimiento España tenía la potestad sobre casi la totalidad del Océano Pacífico como consecuencia de los viajes de los exploradores españoles de la Edad Moderna (circa s. XV-XVIII). Sin embargo en la práctica la presencia España en el Pacífico a comienzos del siglo XIX se materializaba de una forma permanente en las islas Filipinas, y  de manera más débil en una serie de islas cercanas conocidas como las Marianas y las Carolinas.

Muchas de estas islas estaban bajo la influencia comercial alemana. Por consiguiente Alemania consciente de la debilidad española desde mediados de los años setenta del siglo XIX  crea una serie de estratagemas para erosionar el poder español en el Pacífico en su provecho. De hecho en 1885 acontecemos a un gran conflicto  diplomático entre ambos países que tuvo que ser resuelto por el arbitraje del Papa León XIII. El conflicto de las posesiones de las Carolinas. Gracias a este conflicto España realizará una ocupación efectiva en estas islas y la población española aumentará su preocupación por el área del territorio español del Océano Pacífico.
Sin embargo el afán de Alemania por poseer muchas de las colonias españolas en el Pacífico seguirá. Así se manifiesta tras el desastre del 98 (donde se produce la derrota de España frente a Estados Unidos,  y el fin del  Imperio español de ultramar). Pues Alemania en todo momento intenta hacerse con muchas de las islas del Imperio hispánico. A pesar de que los Estados Unidos se apoderaron de las islas Filipinas y de otras islas de la Micronesia española como Guam (en las Marianas), Alemania consiguió apoderarse del resto de las islas de la Micronesia española en 1899 por la efectividad de su diplomacia y el pago de una cuantía económica de 25 millones de pesetas.

Por todos estas factores, y muchos otros que nos hemos dejado en el tintero, debemos de decir que las decisiones que se tomaron en Berlín fuero decisivas para comprender, no sólo la fisionomía política, económica, cultural del Pacífico hispánico, sino de todo este Océano.

Mapa Imperio Español de Felipe II (siglo XVI)



El Inicio del Viaje


Son las 2:30 de la mañana en casi vacío aeropuerto de Málaga. El silencio interrumpido por las advertencias mecánica de la megafonía te invita a reflexionar y a darte cuenta que ya no hay vuelta atrás para iniciar tu viaje con destino a las Antípodas.
Observando tu maleta que anda casi a punto de explotar, por compiliar en ella los 20 kg de los que no has de pasar para volar, invade un doble sentimiento.
Por un lado percibes el miedo. Ese miedo a lo desconocido, al futuro incierto. Un  miedo que te invita a abortar tu misión y a quedarte en esta tierra andaluza. Pues tu ser desea sentir el cobijo y la zozobra de tus amigos y familiares. Quieres disfrutar del calor del estilo de vida jovial y alegre del Sur. Un tierra llena de buenas virtudes que te hacen preguntarte que con lo agustito que se a esta aquí para que irnos a otro lado.
Sin embargo, también siente el lado rebelde de tu ser, que te invita a no conformarte con la rutina. Al que le encanta embarcarse en nuevas aventuras y explorar tu "Ego".
Aunque parezca paradójico, las señas de cariño y afecto que sientes en las vísperas de tu viaje,  hacen que el sentimiento aventurero se imponga. Pues te das cuenta del aprecio casi perpetuo de tu “pequeña” gran familia. Un aprecio que se manifiesta en pequeños detalles, pero de un gran poder.
 Es tal dicho poder que de alguna manera hace que te sientas protegido. De este modo sabes que el sabor del sur lo vas a sentir en la distancia. Ante  esta seguridad parece que el lado rebelde gane la batalla por descubrir lo desconocido. Sin embargo, siguiendo con las paradojas, esas nuevas aventuras no sólo repercutirán en ti, sino en toda esa pequeña gran familia que podrá conocer historias desconocidas, que de alguna manera pueden ayudarlos en algunos momentos determinados.
Por todo ello, a pesar del miedo existente, parece que el deseo por llegar a nuestro objetivo australiano, se imponga. 

Sin embargo aún queda bastante para ello, pues la lejanía hace que las escalas aéreas sean inevitables. Pero debemos ponerle buena cara, pues las 2 escalas que haremos nos ayudarán a comprender el objetivo esencial de nuestra visita a Australia: descubrir el Pacífico hispánico.



 

domingo, 21 de agosto de 2011

¿Por qué Australia?

Océano Pacífico

Australia nos ofrece una multitud de oportunidades para conocer el mundo del Pacífico. No en vano su territorio se situa en un lugar privilegiado en este océano, siendo unos de los Estados con más kilometros cuadrados bañados por el Pacífico, y su desarrollo económico posibilita la inversión en I+ D crucial para el desarrollo científico y cultural de una población. Además su fisionomía multicultural nos permiten estudiar unas de las características que han definido el crisol de culturas y etnias de la Mar del Sur (Pacífico). Por todo ello preferimos acudir a este Estado para completar los limitados estudios hispánicos sobre el pasado histórico del Pacífico y su conexión con España.


Convencido de la idoneidad de trasladarnos a Australia comenzamos nuestro peregrinaje para prepara nuestro viaje. Para ello nos hemos detenido:

a) Regulación de la Entrada a Australia:

Para entrar en Australia desde España necesitas dos documentos: Pasaporte y Visado. A diferencia de otros Estados limítrofes como Nueva Zelanda, no necesitas acreditar de antemano una cantidad de dinero determinada para entrar en el Estado.

El visado que te permite entrar en Australia puede ser de diferente tipo:

- Turista: Es el más sencillo de conseguir, no tiene ningún coste. Sólo debes de descargar en la página web del Estado australiano: http://www.immi.gov.au/visitors/tourist/evisitor/ una aplicación (E visitor) donde rellenas una serie de campos.  Tras ello recibes al día siguiente o dos días un e mail de confirmación. Dicho e mail tendrás que imprimirlo porque será tu visado.
Este visado no te permite trabajar en australia. Sin embargo tienes derecho a entrar durante 12 meses en territorio australiano, aunque se debe de tener un poco de cuidado porque las autoridad australianas no te permiten estar más de tres meses seguidos en su suelo. Si quieres estar más tiempo debes salir del Estado y volver a entrar (o realizarte otro visado).
!Ojo! Para ellos los 3 meses son nominales, por tanto si entras un 1 de Septiembre tienes derecho a estar prolongadamente del Estado hasta el 1 de Diciembre. Sin embargo tienes que tener cuidado con la hora de entrada, pues si por ejemplo entras en Australia el 1 de Septiembre a las 12:00 debes salir el 1 de Diciembre antes de las 12:00, si no puedes ser persona non grata.

- Estudiante: Este visado tiene algún coste y es más complejo. Para conseguirlo debes acreditar ante el gobierno australiano que estar matriculado en un curso. Con este visado tienes derecho a trabajar, un mínimo de horas (creo que son 20 semanales).

Hay más variedad de visados. Estos son los más comunes.

b) Vuelos: No he localizado ninguna compañía europea que haga un vuelo directo hasta Australia. Todas hacen escalas. Generalmente cuando realiza la reserva del billete debes de comprar también la vuelta, porque te sale más económico. Los precios del billete suelen rondar desde los 900 euros (ganga) para adelante. Yo el billete más barato lo he encontrado con Koreair line, desde Londres. Pues los vuelos desde España son más caros.


c) Piso: Si quieres tener la segura de irte con tu piso desde Australia  te puedo recomendar dos paginas web: www.flatmatefinders.com.au y www.gumtree.com. Hay más paginas web. Los pisos en Sydney (ciudad en la que he buscado) son desórbitados. La habitación individual si lo quieres en una zona céntrica puede rondar desde los 700 - 900 euros al mes para arriba. Allí generalmente la gente paga por semana y dado el precio de las habitaciones es usual que se comparta la habitación. Pero por los precios que he visto, no esperes pagar menos de 450 euros al mes, si quieres tener una habitación compartida medio decente.

Así pues si quieres vivir en Australia preparate para sacar la billetera o buscar un curro allí. A priori, por la tasa de desempleo que tiene (alrededor 5% de la población) parece fácil conseguirlo (si tienes visado que te permite trabajar). Sin embargo, a pesar de los altos costes de vida, todo el mundo que va a Australia vuelve totalmente satisfecho. Esperemos que éste sea nuestro caso.